Regalo de cumpleaños II: ¡Regálale tu amor, Lelouch! (lemon de CodeGeass)

ADVERTENCIA: Este fanfic contiene posibles spoilers de la serie Code Geass, Lelouch of the Rebellion 1&2, de modo que si no has visto la serie entonces no lo leas si no quieres arruinártela. Por otra parte, contiene también algunas escenas de sexo explícito que podrían afectar a quienes sean sensibles al respecto. Se recomienda discreción a la hora de leerlo. Debo añadir que no me contendré en cuanto al lenguaje, y diré las cosas como son, usando las palabras correctas para referirse a los órganos reproductores. Esto porque el miedo a las palabras nos está matando.

2. El regalo de Lelouch

Lelouch aún se encuentra conmocionado por el regalo que Kallen le dio. Aquello fue algo que realmente nunca esperó ni imaginó, aunque también fue su primera experiencia de ese tipo. Sin embargo en su cabeza esa conmoción chocaba violentamente con los pensamientos y sentimientos que le surgían al evocar a C.C. a la mente. Entre toda ese conflicto interno toma al fin una resolución. Sin embargo, una sorpresa al final los aguarda a todos...
   —Dios mío, ¿por qué? ¿Por qué Kallen haría algo como eso? ¿Qué hago ahora?
Lelouch decía esto en voz alta sosteniéndose la cabeza con ambas manos antes de acostarse a dormir. Se revolvió el pelo y enfrió su cabeza para poder pensar con claridad...
Sabía que tenía que tomar una decisión, elegir entre dos mujeres, C.C. o Kallen... Ambas eran hermosas y sabía que podía tener con ambas una relación muy profunda y óptima, pero también sabía que una vez tomara una decisión ya no habría vuelta atrás...
Ese pensamiento le evitaba poder dormir, y toda la noche ese tema dio vueltas en su cabeza lo mismo que él en su cama, hasta que finalmente el cansancio lo venció y se quedó dormido. Pero ello hizo que despertara muy tarde al día siguiente.
Acudió presurosamente donde estaban sus demás compañeros y amigos tan pronto despertó, y estos manifestaron su sorpresa al verlo llegar, pues no era usual que él durmiera hasta tarde. Como quiera que fuera pasó un rato agradable en compañía de todos ellos.
Sin embargo, al final del día y concluir las celebraciones volvió a su habitación y se encontró con otra sorpresa: ¡¡C.C. en persona estaba ahí!!
Ella estaba recostada en la cama, al parecer estaba aburrida de esperar a que Lelouch apareciese y no poder unirse a la fiesta. Lelouch, al verla, palideció y sintió una gran sacudida en el estómago y su corazón se aceleró. Sin embargo no pudo evitar que una gran sonrisa se dibujara en su rostro, dado que no pensaba ver a C.C. sino hasta el día siguiente y en la base de los Caballeros Negros. Pero reparó en el hecho de que empezó a sentirse inmensamente feliz cuando C.C. lo notó y volvió la cabeza, dejando de mirar el techo para mirarlo a los ojos:
   —¡Ara! Lelouch... ¡por fin! Me moría de aburrimiento...
   —C.C., ¿qué haces aquí?
   —Tenía que verte, porque hoy es un día especial, ¿no? Es el aniversario de tu nacimiento...
Esto hizo que él se ruborizara. ¡C.C. había venido a la Academia Ashford, pese al peligro de ser vista, identificada y secuestrada, pese a que nadie pudiera ayudarla si eso sucedía, solo por verlo en su cumpleaños! Esto hizo que su corazón latiera más rápido, pero también entendió que quería estar con C.C. pese a todo, que la amaba aún aunque nunca hubiera tenido sexo con ella, aunque Kallen fuese más sexy y quisiera tener sexo a morir con él. Entonces sonrió desmesuradamente y se le acercó:
   —Oh, vaya, C.C., me halaga esto... Que te arriesgues a venir a verme solo por ello... me hace sentir feliz...
C.C. se sentó cuando él se puso frente a ella, y le sonrió, haciendo que Lelouch se ruborizara aún más. Pero él no se preocupó por que ella lo notara ni por ocultarlo. Mirando sus ojos decidió que quería estar con ella, pasara lo que pasara. Así se mantuvo fiel a la decisión que había tomado justo antes de tener el orgasmo que Kallen le provocó. Entonces se decidió a confesar su amor:
   —C.C., yo...
   —Feliz cumpleaños, Lelouch... — Lo interrumpió C.C.
Esto para Lelouch era el colmo de la felicidad. Esas simples palabras pronunciadas por ella lo hicieron sentir inmensamente feliz. Entonces empezó a hablar con las ideas vagas, pues la felicidad que sentía, además de su acelerado corazón le impedían pensar con claridad y juntar las ideas correctamente para decir algo coherente:
   —¡Vaya! Pues... ¡gracias C.C.! Que tú me felicites hoy es algo muy especial para mí... Teniendo en cuenta que es la primera vez que vivimos algo como esto… Pese a que desde hace mucho tiempo que estamos juntos... Y la verdad quiero vivir mucho más a tu lado... Y celebrar contigo cada cumpleaños tanto tuyo como mío cuando todo esto acabe... Porque es lo más genial... Y me haces feliz...
Pero Lelouch no quería decir eso. Él quería gritar con todas sus fuerzas que la amaba, pero la emoción se lo impedía. Entre tanto C.C. no había dejado de notar lo nervioso que se ponía y el rubor de su rostro. Entonces empezó a sospechar algo, pero no estaba del todo clara ni segura pues era la primera vez que veía a Lelouch en ese estado.
Entonces ella se levantó y lo miró de frente:
   —Lelouch, ¿estás bien? No entiendo del todo lo que quieres decir...
Lo que a C.C. no le quedaba del todo claro era que Lelouch se refiriera a ambos como una pareja. Podían haber sido compañeros de equipo con los Caballeros Negros, pero ese sentido no era lo que significaban las palabras de Lelouch, y ella lo entendía. ¿Entonces? Quizás Lelouch la tuviera en gran estima... Pero aún no entendía en qué medida y sentido.
Lelouch por su parte casi sangraba de la piel de su rostro cuando vio a C.C. frente a él. Pero pensó que esta era una oportunidad única para confesarle su amor, así que se concentró en su respiración y decidió hablar:
   —C.C., yo... te amo....
Ambos se sorprendieron al escuchar eso; por lo directo que había sido, pero Lelouch también porque se le había salido y C.C. porque no lo esperaba en lo absoluto. Ambos se miraron nerviosos, y en el rostro de C.C. apareció un cierto rubor. Pero Lelouch pensó que, si ya lo había dicho, no le quedaba otra más que proseguir y terminarlo todo, así que continuó:
   —Así es... cada que estoy contigo, me siento bien, me siento seguro, más de lo normal, y sé que si tu estás conmigo puedo terminar todo esto y salir victorioso... Tú eres mi fuerza, lo que me da fuerza, pero más que eso, eres lo que le da luz a mi vida... Pese al gran sufrimiento que pueda llegar a sentir por causa del geass, sé que puedo soportarlo si tú estás aquí, como ahora, cerca de mí...
Tomó aire y continuó:
   —Realmente me siento muy afortunado de haberte encontrado... Creo que si no lo hubiera hecho yo seguiría llevando mi infeliz vida mediocre de antes... Además...
Pero Lelouch se interrumpió, y no era porque él lo quisiera, sino que C.C. le plantó un beso en la boca sin más, sorpresivamente. Ni siquiera pudo cerrar los ojos para besarla como era debido pues todo fue muy rápido e inesperado. Luego de eso C.C. se separó unos cuantos centímetros de él y, mirándole a los ojos, le dijo:
   —Calla... si de verdad me amas, demuéstralo... Quien ama de verdad ama en silencio y emprende la acción para demostrar y dar su amor...
Las palabras de C.C. habían sido contundentes, como flechas que se clavaban acertadamente, una sobre otra, en el centro de su corazón. Sin embargo tenía razón. Pero, ¿qué podía hacer para demostrarlo?
Entonces de pronto vino a su mente la imagen de Kallen semidesnuda ante él, y ello le hizo pensar que podía hacer algo como eso...
Cerró los ojos, suspiró profundamente y le dijo:
   —Está bien... Tienes razón... Te daré mi amor... A propósito, ¿tienes una fecha de cumpleaños?
C.C. se sorprendió por ello. Eso le parecía algo muy trivial en ese momento, pero respondió:
   —Es muy posible que la tuviera, pero he vivido tanto tiempo que francamente lo he olvidado...
Lelouch la miró a los ojos y dijo:
   —¿De verdad? Vaya, pues es una lástima...
   —¿Por qué lo dices? Es más, ¿por qué me preguntas algo con tan poca importancia como eso?
   —Porque, si tenías un cumpleaños, yo bien podría darte un regalo muy especial... Pero dado que no lo recuerdas, declararé el día siguiente al mío como el tuyo... Y dado que dicho día va a iniciar pronto, pues... Te daré ese obsequio...
   —Vaya, qué idea tan extraña... ¿Y qué me darás? ¿Una fiesta sorpresa?
   —No, algo mucho mejor que eso... Te daré todo mi amor... Esta noche...
Entonces la tomó de la cadera, y, mientras se acercaba lentamente a ella para darle otro beso, ella sonreía, complacida por lo que Lelouch había dicho. Entonces se besaron largamente.
Lelouch la abrazó firmemente, sujetándola de la cadera; a su vez ella rodeó su cuello y acarició sus cabellos. Luego que se separaron él le dijo, mirándola a los ojos:
   —C.C., yo te amo...
Acto seguido se dirigió a su cuello y empezó a besarlo con suavidad. C.C. lo descubrió, haciendo a un lado su cabello. Lelouch empezó a descender sin dejar de besar su cuello, y esto fue suficiente para que C.C. entendiera lo que él quería hacer, hasta donde quería llegar. Relajó los hombros, disfrutando cómo Lelouch saboreaba su cuello. Entonces él consideró que seria bueno empezar a desnudarse, a lo que él dijo:
   —Quítame la ropa, C.C.... Que ya te la quito yo a ti...
   —Mmmm.... ¿no sería mejor que lo hicieras por ti mismo todo?
   —¿Tu crees?
   —Si no fuera así, créeme que ya estarías desnudo...
Lelouch sonrió y procedió a quitarse la ropa. Se quitó la camisa y los pantalones, quedando en ropa interior ante ella. Acto seguido buscó cómo quitarle el traje blanco a C.C., pero no hallaba el modo. Encontró algo así como un cinturón en su espalda, pero no alcanzaba a comprender cómo soltarlo.
   —C.C., ¿cómo se quita esto?
   —Está bien, te ayudaré...
Y C.C. soltó aquella estorbosa correa. Entonces Lelouch reanudó su actividad. Consiguió despojar de aquel traje tan extraño a C.C., descubriendo su blanca piel y la ropa interior que llevaba. Curiosamente el color y las prendas que aún llevaban ambos eran contrarias y complementarias: en tanto que Lelouch llevaba unos calzones negros suficientemente ajustados a su cuerpo, ella vestía unos bóxers blancos y una pequeña camisa sin mangas, igualmente blanca, bastante holgados. También Lelouch no llevaba algo que cubriera su pecho, caso contrario al de C.C.. Entonces, despojados de la ropa estorbosa, ella lo tomó de la cadera, acariciando su espalda, en tanto que él se dirigió a sus hombros, volviendo a lamerla.
Entonces empezó a llevarla hacia la cama, e hizo que se recostara. Él se inclinó sobre ella para besarla en la boca, acariciando sus brazos y abdomen. Entonces se apartó de su boca y se dedicó a explorar esa piel blanca y suave que ahora tenía para sí solo...
    —Mmmmm... Tu piel es muy suave… Y tan cálida... Es genial... Te amo, C.C....
Entonces dirigió sus manos al pecho de C.C. por debajo de aquella pequeña camisa. Como era bastante holgada no tuvo problemas para tocar sus senos. También pudo comprobar que eran más pequeños que los de Kallen, pero le daba igual. Aunque C.C. fuera totalmente plana él de seguro seguiría sintiendo lo mismo...
Luego de sentir el contorno de sus senos, y la redondez perfecta en ellos, volvió a dirigir sus manos hacia su abdomen para llegar a sus piernas y acariciarlas. Recorrió en lo absoluto sus muslos bien torneados, y siguió hasta los talones. Una vez ahí acarició sus plantas de los pies, y volvió a subir sus manos hasta el abdomen. Entonces le dijo:
   —Eres perfecta, C.C.... Tan perfecta como hermosa... ¿Cómo podría no amarte? Aún aunque no fueras así de sensual, yo te seguiría amando igual...
La miró a los ojos con dulzura, y entonces se puso de rodillas para lamer su abdomen. Primero le dio unos cuantos besos, haciendo que ella se estremeciera, pues hacía mucho tiempo que no sentía algo como eso. Entonces poco a poco Lelouch empezó a chuparla y mordisquearla cariñosamente de vez en cuando en torno a su ombligo...
   —Mmmm.... esto me gusta.... es genial... Pero me gusta más ver cómo te estremeces y te sacudes cada que recorro mi lengua sobre el contorno de tus caderas...
Dicho lo cual empezó a hacer lo descrito. Recorrió con la punta de su lengua, muy suavemente, las caderas de C.C., siguiendo la curva natural de su cuerpo, para descender por el centro. C.C. lo miraba, aunque de vez en cuando no evitaba cerrar los ojos y dar pequeños gemidos por la suavidad de esas caricias. Entonces lo tomó de los hombros y empezó a acariciar con la misma suavidad su espalda, usando las yemas de sus dedos.
   —Mmmm... — Dijo él sin poderlo evitar, al sentir cómo ella recorría su espalda con los dedos.
Entonces él dejó escurrir sus manos hacia abajo hasta llegar a sus piernas, y empezó a usar los dedos de la misma forma que ella sobre sus muslos.
   —Aah... Lelouch...
   —¿Dime? — Él se interrumpió de lamer su abdomen, levantando la cabeza para mirarla.
   —Despiertas toda mi sensibilidad... La manera en que me tocas... Me estremece de una manera genial...
Él sonrió y le dijo:
   —Me satisface escucharte decir eso... A decir verdad, me excita mucho...
Y reanudó la actividad de manos y boca. De vez en cuando él a propósito dejaba ir sus manos más allá de sus rodillas, enfocándose indistintamente en todo lo largo de sus piernas. También incrementó la intensidad de su lengua, llegando a un punto en que ambos estaban muy excitados.
   —¡Aah! ¡Lelouch! ¡Aahh! ¡Eres genial!
C.C. se movía sin control de un lado a otro, retorciéndose por el placer que le provocaba la lengua de Lelouch sobre su abdomen. Este jadeaba, y simplemente se excitaba más y más al ver los efectos que provocaba en C.C. por dicha estimulación. Entonces él también exclamó:
   —¡Esto es genial! ¡Tu abdomen me vuelve loco!
Y continuó lamiendo con gran intensidad. Ambos jadeaban ahora, pero ella lo sujetaba de la cabeza, acariciando sus cabellos. Entonces lo separó y le dijo, casi como una orden:
   —Anda... No demores más... Dámelo...
Pese a la gran excitación que Lelouch sentía, el que C.C. lo detuviera de esa manera le permitió recuperar el aliento y pensar con claridad. Entonces le dijo:
   —Espera... No quieras terminarlo todo tan rápido, que lo que importa no es llegar al orgasmo, sino amarnos... Disfrutarnos mutuamente y disfrutar el poco tiempo que podemos estar juntos, como ahora... Así que relájate y disfruta, porque realmente no sabemos cuando podremos repetirlo...
Dicho lo cual se dirigió a los bóxers de ella. Plantó un beso sobre el resorte de estos y dijo:
   —Esto estorba...
Entonces empezó a quitárselos lentamente, cosa que casi enloquece a C.C. y la hizo resoplar:
   —¡Por Dios, Lelouch! Me vas a volver loca de tanto hacerme esperar...
   —Te acabo de decir que lo que importa no es el orgasmo... Así que no digas nada y sólo disfruta... Disfruta cómo te doy mi amor... Te amo, C.C....
Y reanudó el quitárselos. Los deslizó con la misma velocidad con que había empezado a quitárselos por todo el largo de sus piernas. Una vez fuera los arrojó hacia atrás y la contempló. Sus piernas le parecieron más largas, además que notó un mechón de vello, igualmente verde como su pelo, coronando su vulva. Entonces la acarició suavemente, haciendo que C.C. se sobresaltara y casi se volviera loca.
   —Oh, vaya... Con que así se siente... Mmmm... Me hace muy feliz hacer esto por primera vez con la mujer que amo...
Estas palabras se metieron hasta el fondo de la cabeza de C.C., haciendo que ella empezara a tomar muy en serio lo que Lelouch sentía por ella. Entonces empezó a sentirse feliz al parejo que excitada, por sentirse y saberse amada por él.
Lelouch empezó a darle pequeños besos sobre los labios, y tomándola con ambas manos. Esto hizo que C.C. se pusiera rígida y curvara la espalda, cerrando los ojos, disfrutando lo que Lelouch le hacía, justo como él había dicho. Y hacer esto le hizo sentir mucho más placer del que usualmente habría tenido.
Lelouch empezó a introducir un dedo lentamente y a sacarlo igual, sintiendo las paredes húmedas de la vagina de C.C., las cuales poco a poco se lubricaban más y con ello sus jadeos. C.C. en efecto jadeaba, acariciando los cabellos de Lelouch y con los ojos cerrados. Esto a su vez hacía que Lelouch se excitara más. Entonces se le ocurrió una idea:
   —C.C., ¿qué pasaría sí... muevo mis dedos así?
Y empezó a flexionar los dedos dentro de ella, provocándole un estremecimiento bastante violento y haciéndola jadear mucho más. Pero él no se detuvo, continuó moviendo sus dedos así, y cayó en la cuenta que ese tipo de caricia no era usual para una mujer, así que introdujo todos los dedos de sus manos e incrementó así la intensidad de su caricia.
C.C. con grandes trabajos abrió los ojos, y entre jadeos lo miró para decirle:
   —Lelouch… Dámelo ya...
   —¿Crees que no me muero de ganas de penetrarte? Pero debemos disfrutar de esto... Así aumenta el deseo...
   —Le.... Lelouch.... ¡AAHH!
Y C.C. tuvo el primer orgasmo de la noche. Como no podía hacer más que alcanzar a tocar el pecho de Lelouch con los dedos, lo hizo con fuerza, al tiempo que todo su cuerpo se estremecía por causa del orgasmo.
La visión de una C.C. excitada y perdiendo el control hicieron que en Lelouch despertara un instinto animal muy fuerte y con él un deseo enorme de tomarla de una vez. Jadeaba, aunque no tan intenso como ella. Pero decidió contenerse y resistir un poco más...
Los fluidos vaginales de C.C. eran abundantes, al grado que habían empapado las sábanas por completo y le inundaban las manos. Además también sentía las contracciones vaginales de ella en sus dedos. Por todo ello consideró que había conseguido producirle un orgasmo maravilloso a C.C., y eso lo dejó satisfecho de sí mismo. Entonces le dijo:
   —¿Te ha gustado?
   —¡POR DIOS! — Gritó C.C. — ¡Hace mucho que no la pasaba tan genial!
   —Te amo, C.C.... — Dijo Lelouch, estirando sus dedos para sacarlos con suavidad de ella y sonriendo dulcemente.
Entonces sus ojos se encontraron, y él la miró con una expresión de deseo, pero no sólo deseo sexual, sino también deseo de querer dárselo todo... De querer darle todo su amor...
Entonces, una vez que hubo sacado sus manos, lamió sus dedos, que se encontraban llenos de los fluidos de C.C. y le escurrían. El sabor le pareció agradable, aunque salado.
   —Mmmm... Sabe muy bien... Pero debe ser más genial tomarlos directamente de ti...
Entonces se inclinó sobre su vagina y dio un cariñoso mordisco a sus labios, haciendo que C.C. volviera a tenderse sobre su espalda. Levantó las piernas de C.C. e hizo que las pusiera sobre sus hombros, y después introdujo su lengua dentro de ella, comprobando así que el sabor era más intenso. Pero lo que más le impresionaba era el olor. Inundaba su nariz sobremanera. Pero mirando de cerca su vulva notó su clítoris, el cual se encontraba hinchado. Entonces decidió dejar descansar su vagina un momento y le dijo:
   —¡Mira! Qué pequeño dulce tan atractivo... Me pregunto cuál será su sabor...
Y sin más lo metió en su boca y empezó a chuparlo frenéticamente. Casi al instante C.C. estalló en otro violento orgasmo, gritando como loca y rodeando la cabeza de Lelouch con las piernas, apretándola contra sí para evitar que se separara.
   —¡¡OH LELOUCH!! ¡¡OH LELOUCH!! ¡¡ESTO ES... LA... LA... LA GLO…RIA!! ¡¡E…RES GENIAL!!
Al tiempo que lo apretaba con sus piernas, acariciaba sus cabellos, aunque él agitaba con furor despiadado su cabeza, succionando con fuerza el clítoris de C.C., además que la había tomado de las nalgas para sostenerla más firmemente. Esta a su vez no dejaba de jadear a gritos, al tiempo que sus fluidos se volvían abundantes también. Entonces Lelouch levantó los brazos y tomó con ambas manos los senos de C.C., que se encontraban hinchados por el orgasmo y tenían unos pezones erectos y muy rígidos. También sintió el corazón de C.C. dando tumbos dentro de ella, cosa que lo excitó mucho más. Entonces decidió que ya había esperado mucho y era justo penetrarla, pero lo haría cuando pudiera liberarse de la prisión de las piernas de C.C. en su cabeza.
Permaneció así todavía otro rato, y lentamente fue disminuyendo la intensidad con que absorbía el clítoris de C.C., hasta detenerse por completo. Cuando se quedó quieto ella seguía agitándose, de modo que la sujetó con fuerza de la cadera y empezó a forcejear para liberarse.
   —Bas...ta... C.C.... Basta... Me asfixias... Ya pasó... Te exijo que me liberes ahora....
Y esta pequeña lucha hizo que poco a poco C.C. volviera a la normalidad, aunque sin dejar de jadear. Cuando Lelouch estuvo lo suficientemente separado de ella para poder mirarla, C.C. extendió los brazos hacia los lados sobre la cama, respirando exhausta. Entonces Lelouch dijo:
   —Oye, C.C.... Ten cuidado... Puedes cortarme la cabeza si haces un movimiento de tijera con tus piernas....
Ambos rieron ante eso. Entonces C.C. dijo, al tiempo que lo liberaba:
   —Descuida... ¿Crees que quisiera cortarte la cabeza así, sin más, sin darte lo que mereces?
Lelouch se sorprendió y le dijo:
   —¿Lo que merezco?
   —Sí... Mereces que yo te ame igual que tu me estas amando ahora... ¿En serio es la primera vez que haces esto?
   —Pues... — Lelouch se frenó en seco. No iba a decirle que justo hacían dos días que Kallen le había hecho sexo oral: — Sí... Eres la primera mujer con quien hago esto...
   —Pues seré muy afortunada de ser tu primera mujer y de tenerte como mi amante... Eres todo un artista, ¿sabes? Me atrevería a decir que dominas el arte de amar...
Lelouch rió y le dijo:
   —De hecho solo soy un novato...
   —Pero eres de los más ardientes hombres con quien he estado...
Lelouch se quedó seco:
   —¿Qué?
   —¿Por Dios... Con facilidad habré vivido diez veces lo que tú tienes de vida... ¿Crees que iba a mantenerme como una monja durante todo ese tiempo?
Esas palabras hicieron que Lelouch riera, volviendo a la normalidad:
   —Pues... Una monja tan hermosa como tú la tendría difícil... Además, teniendo en cuenta el tipo de geass que poseías... ¿No será que lo has usado sobre mí?
   —Quizá... — Respondió sonriendo. — No olvides que soy una bruja, después de todo...
   —Y yo soy tu brujo... Y te amo, C.C....
Esas palabras hicieron que C.C. se sentara y se besaran de nuevo. Lelouch se levantó, y cuando C.C. iba a levantarse él la detuvo, diciendo:
   —Espera... Desde hace mucho que quiero que me quites esto... Ya no soporto que esté estorbando...
Y señaló sus calzones. C.C. dijo:
   —¿No ibas a hacerlo tú?
A lo que Lelouch respondió:
   —¿Acaso no merezco que me los quites tú? Además, ¿No quisieras desenvolver por ti misma el regalo que quiero darte?
   —Tienes razón... — Dijo C.C. persuadida, y sonriendo.
Entonces tomó el pene de Lelouch con una mano, acariciándolo. Él gimió, y ella empezó a quitárselo, solo que de una manera más brusca que lo que él había hecho. Al mismo tiempo él le quitaba la camisa rápidamente.
Por fin ambos estaban desnudos, y Lelouch iba a inclinarse para besarla, pero C.C. no lo permitió, pues se metió el pene de él a la boca.
   —Aaah...
   —De seguro que llevabas mucho tiempo esperando esto, ¿no? — Dijo C.C., acariciándolo suavemente: — Justo es que te haga terminar, como hiciste conmigo...
Y empezó a chuparlo con suavidad. Para Lelouch era un tanto especial volver a tener la misma sensación que Kallen le había producido, solo que la diferencia radicaba en que ya había dejado satisfecha a C.C., al menos por un momento, así que se dedicó a disfrutar lo que C.C. hacía, además que con C.C. sí quería hacerlo de verdad, más que por simple excitación sexual.
C.C. sabía que Lelouch no aguantaría mucho por todo lo anterior, así que fue al grano y empezó a chuparlo más rápido. Al poco rato ya sorbía con fuerza, ejerciendo presión con su lengua en el glande de Lelouch todo lo que podía.
Lelouch jadeaba, pero al sentir que C.C. incrementaba violentamente el ritmo le dijo con gran trabajo:
   —E... Espera... C.C.... Si... Sigues así... No duraré mucho...
Pero C.C. no le hizo caso. Incluso incrementó la intensidad y lo empezó a acariciar en los testículos.
   —C.C.... Detente... Dame un respiro... Aahh... Aahh... ¡¡¡AAHH!!!
Y Lelouch eyaculó con fuerza dentro de la boca de C.C., liberándose al fin de la congestión que en él había. C.C. entonces tomó con ambas manos el pene de Lelouch y lo masajeó en los testículos, para incrementar el placer.
Esta vez Lelouch sí pudo mantenerse de pie, pero echó la cabeza atrás y cerró los ojos sin parar de jadear ruidosamente, manifestando así que era eso lo que necesitaba. Cuando terminó de eyacular miró a C.C., que insistía sin dejar de chuparlo de esa manera.
   —C.C.... Basta... He terminado... Ha sido genial... — Dijo entre risas y jadeos.
Entonces C.C. se sacó el pene de Lelouch de la boca, aunque sin dejar de masturbarlo, y se tragó el semen que tenía en ella, aunque otro poco le resbaló por el cuello y llegó hasta sus senos.
Ambos se miraron, y Lelouch, al notar que su semen se detenía sobre el pecho de C.C., lo ungió en ella con una mano, acariciando así sus senos. Entonces dijo:
   —C.C.... no soy un precoz...
   —Lo sé... No te preocupes por haber terminado tan rápido... Era natural... Luego de verme tener un orgasmo, habría creído que eras un frígido si no terminabas con la forma en que te masturbaba con la boca.... Además, gracias a esto podrás durar más a continuación...
Entonces se recostó sobre la cama de nuevo y le dijo:
   —Ven a mí... Entrégate... y Tómame... No te permito que me hagas esperar otra vez...
   —Esta bien — Respondió él, y se dispuso a penetrarla.
Tomó sus piernas y las estiró hacia arriba, y empezó a penetrarla lentamente.
   —Aah... — Dijeron ambos a una voz, sintiendo cómo empezaban a unirse en uno solo.
Lelouch la había tomado de la cadera mientras la penetraba, y ella lo tomaba de los brazos para acercarlo más a sí misma. Una vez que Lelouch estuvo lo más profundo dentro de ella, él acarició sus senos, en tanto que empezaba a moverse de adelante hacia atrás.
   —Ooh, Lelouch... Hacía mucho que no sentía esto... Lo extrañaba... ¿Por qué diablos no lo habíamos hecho antes?
Lelouch se sentía raro, dado que era la primera vez que hacía algo como eso, pero le respondió:
   —Eso pasó porque... Antes no tenía claros mis sentimientos hacia ti... Pero ahora... Sólo disfrutémoslo, ¿sí?
   —Está bien... Dámelo todo...
   —Lo haré... Te amo, C.C....
Ambos empezaron a jadear. Lelouch se abrazó a las piernas de C.C., en tanto que ella estiraba los brazos para sujetarlo de donde pudiera y así atraerlo con más fuerza hacia ella. Primero alcanzó a tomarlo de las nalgas, pero después encontró más accesible su cadera, pues esa parte no se movía tanto. Entonces Lelouch pensó que sería bueno tomarse de las manos, y la tomó así, entrelazando los dedos, y mantuvieron esa posición todo el tiempo que duraron.
C.C. dijo entre jadeos:
   —Explícame... Lelouch... Por qué... Me amas... Así entenderé... Más profundamente... Tu amor...
   —Explicarte... — Respondió Lelouch jadeando también: — ¿No decías que te amara en silencio, y por medio de acciones? A menos que... Por explicar... Entiendas... Algo como esto...
Y Lelouch empezó a embestirla con más fuerza, produciendo ruido a cada choque de sus cuerpos y haciendo que C.C. empezara a jadear más.
   —Supongo que... Si hago esto... Podrás... Entenderlo... Más profundamente... — Añadió.
   —Oh, sí... Mucho más profundo… — Dijo ella.
Al poco tiempo Lelouch llevaba una velocidad endemoniada, pues la embestía con un gran furor, haciendo que empezara a sudar. C.C. jadeaba ruidosamente, y notó que Lelouch sudaba, y que su sudor resbalaba por su frente y su pecho.
   —Oohh... Lelouch... El sudor... Que resbala... Por tus pectorales... Te hacen ver tan sexy...
Lelouch se sonrojó:
   —¿Qué dices?
   —Lo que oíste... Verte sudar... Te hace ver sexy... — C.C. cerró los ojos, estiró el cuello y apretó las manos, sin dejar de jadear.
   —Si tu lo dices... — Dijo Lelouch.
Éste miró a C.C., que yacía de nuevo a su merced, aunque con la diferencia que ahora estaba teniendo más actividad en lugar de solo usar su lengua. Contempló cómo sus senos también se movían irremediablemente por causa de la fuerza con que estaba entregándose a C.C.. También notó cómo estaba sudando ella también, pues la piel de su abdomen y pecho brillaba un poco.
   —C.C.... Tú... También... Estás sudando....
   —Vaya, ¿en serio?
   —Sí.... Siento deseos de beber el sudor de tus senos..... Se ve tan apetecible...
   —Si lo haces yo también desearé beber el que está en tu pecho... — Respondió ella. — Pero todo eso puede esperar. Por ahora disfrutemos esto...
   —Tienes razón... — Respondió él. Pero añadió: — Mírame... C.C.... Mira mis ojos... Mira el brillo que hay en ellos... Producido por mi amor por ti... Y déjame mirar los tuyos... También...
Hizo una pausa para tomar aire y continuó:
   —Toma mis manos... Y apriétalas... Y déjame sentir las tuyas... Siente, en suma, cómo me entrego a ti... Cómo nos unimos y nos hacemos uno...
Entonces empezaron a jadear más ruidosamente. Por último, Lelouch añadió:
   —Te... Te amo... C.C....
Entonces C.C. empezó a mover sus piernas hacia los lados, abriéndolas y cerrándolas, provocando contracciones voluntarias en su vagina, las cuales ejercían presión sobre el glande de Lelouch, haciendo que él sintiera más placer. C.C. sonrió al ver cómo cambiaba la cara de Lelouch.
   —Aah... C.C.... Eso que haces... Es genial...
   —Lo sé... — Dijo ella. — Pero no disminuyas tu ritmo, que lo hace todo más genial... Y ayúdame a moverme así... Que es fatigante...
   —Está bien — Dijo él.
Entonces se soltaron de las manos, y Lelouch tomó por los muslos a C.C., juntando y separando sus piernas a voluntad con un ritmo estable y placentero para ambos. Entre tanto C.C. dirigió sus caricias al pecho de Lelouch, que estaba húmedo.
Luego de un rato de estar haciendo ese peculiar ejercicio de gimnasia vaginal, C.C. sintió venir el orgasmo, de modo que, usando ella su propia fuerza, empezó a oprimir todo lo que podía el pene de Lelouch con su vagina, además de la presión que él le hacía ejercer con sus manos.
Ese aporte voluntario de C.C. hizo que Lelouch también estuviera a punto de terminar, por lo que le dijo:
   —C.C.... Te amo... Eres genial.... Voy... Voy a eyacular...
   —Yo también estoy a punto de terminar... — Le respondió jadeando: — Anda, termina dentro de mí... Dámelo todo...
Lelouch concentró entonces una fuerza descomunal en el movimiento de su cadera, embistiendo incluso con violencia a C.C., produciendo que ambos casi se pusieran a gritar. Pero al poco tiempo C.C. perdió el control y empezó a gritar
   —¡¡OH, SÍ, LELOUCH!! ¡¡NO PARES!! ¡¡NO PARES!!
   —C.C.... No seas... Tan escandalosa... Todos duermen...
   —¡¡NO ME IMPORTA!! ¡¡ESTO ES EL CIELO!!
Tan pronto C.C. dijo esta última frase, Lelouch pensó que tenía razón, y exclamó:
   —¡Creo que tienes razón! ¡Es el éxtasis! AAHH! ¡VOY A EYACULAR!
   —¡Eso es, Lelouch! ¡Dámelo! ¡VAMOS!
Y Lelouch eyaculó con violencia dentro de C.C., perdiendo el control y desplomándose sobre ella, aunque sin dejar de embestirla. Al caer sobre ella, el golpe produjo que C.C. también alcanzara el orgasmo.
   —¡Tu... Tu semen... Lelouch! ¡Está... está saliendo! Se siente… Caliente...
Lelouch había dado con sus labios en el cuello de C.C., y empezaba a besarla, pero C.C. buscó su boca y produjo que ambos se besaran durante ese momento de gloria. Lelouch pasó sus brazos debajo de ella, abrazándola, y ella a su vez lo abrazó, rodeando su espalda con los brazos y su cadera con las piernas. Poco a poco el ritmo fue disminuyendo, aunque la sensación de querer unirse al otro, fundirse en él y con él no menguaba para nada. Ambos se sacudían descontroladamente, sintiendo cómo sus almas vibraban por causa de que el amor estaba presente ahí en ese momento. Habían hecho el amor, en todo el sentido de la frase, más que simplemente haber fornicado intensamente. Se habían hecho uno a través del sexo, y eso era lo que les producía tanto placer.
   —Por Dios, es genial... Te amo, C.C.... — Jadeó en voz baja Lelouch.
   —Y yo a ti, Lelouch... — Susurró en respuesta C.C..
Finalmente sus cuerpos, exhaustos, no pudieron continuar, y se detuvieron, quedándose inmóviles por completo, pero sin dejar de besarse. Además jadeaban satisfechos plenamente de todo esto. Entonces Lelouch hizo un esfuerzo y se levantó sin soltar a C.C., para darse la vuelta y caer sobre sus espaldas con ella encima, y quedar completamente sobre la cama. Entonces Lelouch le dio un último beso, y antes de caer profundamente dormido, le dijo:
   —Te amo, C.C.... Y feliz cumpleaños...
   —Eso debería decirlo yo... — Pero Lelouch ya no la escuchó, ya dormía profundamente.
C.C., al notar esto, miró hacia la ventana y se percató que en efecto, la noche estaba ya muy entrada. Entonces resolvió dormir como él, solo que se levantó a apagar las luces. Durante el camino de vuelta recordó que, movida por la curiosidad, había estado espiando a Kallen y a él cuando ella fue a verlo extrañamente a la habitación de Zero, escuchándolo todo a través de la puerta.
Antes de volver a la cama pensó en voz baja:
   —Me lo ocultó todo, pero me demostró que era verdad... Él me ama... Por eso rechazó a Kallen... Lelouch, eres un gran hombre, en verdad... y por eso te perdonaré que no me lo hayas dicho...
Pero Lelouch notó que C.C. ya no estaba con él, de modo que abrió los ojos y dijo a media voz, más dormido que despierto:
   —C.C.... ¿Dónde estás?
   —Estoy aquí, Lelouch... — Dijo ella, metiéndose a la cama. — Fui a apagar la luz...
   —Está bien… Ven aquí... Duerme entre mis brazos, cerca de mi corazón... Te amo, C.C....
   —Y yo te amo a ti, Lelouch... Te amo de verdad, lo mismo que tú a mí...
Y, abrazándose, se dieron el último beso, antes de quedar dormidos profundamente, abrazados y con C.C. sobre el pecho de Lelouch.
Y, sin haberlo siquiera imaginado ellos, Kallen se disponía a dormir también, bajo la cama donde ahora ambos dormían....

Tal parece que todo salió perfectamente para el amor de Lelouch, consiguió regalar su amor puro a C.C., sin embargo, ¿qué sucederá ahora? Más importante aún, ¿qué hacía Kallen bajo la cama, oculta? Cosas inimaginables y muy intrigantes les aguardan a los tres participantes de este triángulo amoroso...
Esta historia continuará...


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